Exámenes de laboratorio y trastornos físicos son algunas de las pruebas que demuestran los efectos que estarían dejando las fumigaciones con glifosato en los habitantes de la frontera norte del país.
La organización no gubernamental Comité Interinstitucional contra las Fumigaciones (CIF) denunció ayer que el acuerdo entre Ecuador y Colombia, suscrito en septiembre del 2013, no se estaría cumpliendo porque se habría fumigado con glifosato en una distancia de uno a cinco kilómetros, cuando no debía ser menor a los cinco kilómetros.
Según Adolfo Maldonado, miembro de la organización, habitantes de Providencia en el Oriente, denunciaron que entre el 28 y 31 de octubre “avionetas expulsaban un chorro que se expandía como una nube blanca”.
El día de ayer, el laboratorio alemán Eurofins Global Control, presentó un informe en el que detalla la presencia en una muestra de hojas de plantas amazónicas de ácido aminometilfofónico (compuesto del glifosato) de un valor de 0,01 miligramos y glifosato de 0,15 miligramos. El análisis se realizó entre el 8 y 17 de diciembre.
El número de afectados ascendería a 160 personas que habitan en la frontera colombo-ecuatoriana. Según Maldonado los perjudicados presentaron síntomas como vómito, diarrea, dolores de cabeza, rasquiña y caída del cabello. “Esos son indicadores de un alto nivel irritativo del químico que ha sido consumido. Es importante que la Cancillería pueda frenar estas fumigaciones, a la vez que quede constancia de que estos daños son un hecho”.
El canciller Ricardo Patiño reconoció días atrás que Colombia sí fumigó en un perímetro de cinco kilómetros. “Después de eso (de las fumigaciones) hemos visto el resultado final: y en el territorio ecuatoriano se ha confirmado que no hubo deriva del químico”, dijo, y ofreció que no se volvería a fumigar “por un largo tiempo”. (I)
