Aunque las islas Galápagos ya son un ícono mundial de la naturaleza, recopilar la información sobre su biodiversidad y continuar descubriendo especies se ha convertido en un reto para los investigadores.
Con este objetivo, un grupo de científicos emprendió un proyecto que tuvo como resultado la publicación del primer libro de reptiles del archipiélago. Esta guía, que fue presentada a finales de octubre del 2019 , reúne la información de las 58 especies de reptiles que habitan en las islas.
En este trabajo también se incluye el descubrimiento de dos nuevas especies de geckos o salamanquesas, que fueron halladas en dos de los volcanes de Isabela. Juan Manuel Guayasamín, uno de los autores del libro y profesor investigador del Galapagos Science Center de la Universidad San Francisco de Quito, explica que este proyecto busca dar a los reptiles del archipiélago la importancia que merecen.
Además, marca un camino de lo que se debería hacer con todos los grupos de animales de las islas. La idea de este libro surgió de un proyecto más grande que intenta reunir a todas las especies del país y está liderado por Alejandro Arteaga, investigador y fundador de Tropical Herping.
Al trabajar en este, se dieron cuenta de que la diversidad de reptiles en Galápagos era tan alta y que, aunque hay información, hay mucho trabajo por hacer. Arteaga cuenta que les tomó más de dos años de trabajo de campo y contó con el apoyo de más de 22 organizaciones.
Guayasamín dice que la idea es acercar a las personas a la biodiversidad del lugar. Por lo general, los reptiles de Galápagos solo son asociados con tortugas o iguanas, pero hay especies de serpientes, lagartijas y geckos que también habitan en la zona y es necesario conocer sobre su existencia para fomentar su protección. A pesar de que Galápagos es considerado como un ejemplo de conservación, estos animales aún deben enfrentar diversas amenazas.
Para los investigadores, los resultados muestran que las especies introducidas se mantienen como el principal problema. En el caso de la iguana rosada de Isabela, por ejemplo, hay pocos cientos de ejemplares. El riesgo para estos reptiles aumenta debido a la presencia de invasores como ratas y chanchos, que se alimentan de sus huevos o les hacen daño.
Las recién descubiertas salamanquesas son otras que ya enfrentan esta amenaza. Los perros y los gatos introducidos a las islas también son un problema. Guayasamín dice que en algunos casos no hay control sobre las mascotas. Estas se reproducen, sus crías son abandonadas en el espacio público y, en algunos casos, se convierten en ferales.
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