La reciente ola de asesinatos en Bogotá tiene al Tren de Aragua como responsable. Se trata de una organización criminal venezolana que es liderada desde las prisiones y estaría presente en Ecuador desde 2020.
El hallazgo de 23 cuerpos desmembrados y dentro de bolsas de plástico, en diferentes zonas urbanas de Bogotá, despertó la alerta de las autoridades colombianas.
Claudia López, alcaldesa de la capital colombiana, aseguró que las órdenes de esos asesinatos provenían de la Cárcel de Tocorón, en el Estado de Aragua (Venezuela). Y las dieron los líderes de la banda criminal denominada Tren de Aragua.
Además, los crímenes estarían relacionados con el control del microtráfico.
Tren de Aragua nació y se dirige desde Venezuela, pero tiene presencia en otros países de la región desde 2020, aunque son pocas las confirmaciones oficiales.
Colombia y Brasil son algunos de los países que siguen las pistas de la banda, según reportó de la organización sin fines de lucro RunRun.
Mientras que la Revisa Semana de Colombia publicó una investigación sobre el llamado hotel negro. Se trata de un predio en el centro de Bogotá, que se utilizaba como centro de torturas, homicidios, secuestros y tráfico de drogas de esta agrupación.
Según informes de inteligencia venezolana, la expansión regional del Tren de Aragua va de la mano con el éxodo migratorio de ciudadanos de ese país. Los criminales se camuflan entre las caravanas migratorias hacia Colombia, Ecuador, Perú y Chile.
Justamente, en estos países ya se han rastreado a miembros de estas bandas.
En el trayecto, los delincuentes extorsionan a los migrantes y les cobran dinero a cambio de permitirles viajar en el grupo.
Los integrantes del Tren de Aragua tienen actividades en el narcotráfico, tráfico ilícito de migrantes, y recientemente sicariatos y torturas.
El rastro en Ecuador
Tal como lo señala la inteligencia venezolana, en Ecuador las sospechas de la presencia del Tren de Aragua se vinculan con la migración. Y empezaron luego de las restricciones por la pandemia del Covid-19.
El 17 de noviembre de 2020, en Tulcán, capital de la provincia fronteriza del Carchi, la Policía detuvo a nueve venezolanos presuntamente integrantes del Tren de Aragua.
Según los registros policiales, los sujetos estaban extorsionando a conductores de buses interprovinciales. El objetivo de la banda era controlar internamente la terminal de buses para utilizarla como centro de operaciones de actividades ilegales.
El libro Periferias: Crónicas del Ecuador Invisible, publicado por la Fundación “Periodistas Sin Cadenas”, siguió de cerca este caso y rastreó a los involucrados. Todos tenían un rasgo en común: eran originarios de Aragua, en Venezuela.
Esta célula estaba liderada por Jesús Eduardo Ramos Fragachan, alias ‘Loro’, a quien lo buscan las autoridades venezolanas por el homicidio de un entrenador deportivo en la capital del estado Aragua, en julio de 2020.
La investigación también pudo comprobar que Antonio José Torres, alias ‘Toñito’, otro de los detenidos, es buscado en Aragua por extorsión y secuestro. Mientras que José Gregorio Flores es requerido por homicidio y también pertenece al Tren de Aragua.
Los venezolanos fueron sentenciados a un año de cárcel, que la cumplieron en Tulcán. Desde ese momento no registran nuevos antecedentes penales en el país.
Actualmente, según agentes consultados por PRIMICIAS, no existen indicios concluyentes sobre las operaciones del Tren de Aragua en Ecuador. Pero hay varios “datos sueltos” que han generado líneas de investigación.
Por ejemplo, se analiza la participación de sicarios venezolanos en varios crímenes cometidos en Manabí y Guayas y que están vinculados a las bandas narcodelictivas.
3.000 soldados de El Tren
InsightCrime, organización internacional dedicada a los estudios de seguridad y crimen organizado, publicó en octubre de 2021 una investigación sobre el Tren de Aragua.
El documento la señala como la banda más poderosa de Venezuela y con mayor proyección en la órbita criminal de Latinoamérica. El grupo se dedica a extorsiones, secuestros, homicidios, sicariatos, robo de vehículos, venta de drogas, tráfico de armas, trata de personas, contrabando de alimentos y estafas.
Esta banda nació a inicios de los 2000 durante el gobierno de Hugo Chávez, quien impulsó el Ferrocarril como obra emblemática.
El sindicato de obreros del proyecto empezó a delinquir con la venta de puestos y luego evolucionó hacia las extorsiones, robos y secuestros.
Según el reporte, el Tren de Aragua se fortaleció con la llegada de Tareck El Aissami a la gobernación del estado Aragua. El Aissami fue también Vicepresidente de Venezuela, Ministro de Justicia y del Interior durante el chavismo.
En su paso por el Ministerio del Interior, en las cárceles venezolanas surgió el ‘pranato’. Esta práctica se refiere al control que ejercen las bandas criminales en las prisiones. Cada cárcel es liderada por un preso rematado o asesino nato (PRAN).
El principal PRAN venezolano es Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias ‘Niño’ Guerrero, líder del Tren de Aragua.
Guerrero es el responsable del crecimiento de la banda a raíz del cobro de extorsiones llamadas ‘causas’. Según información de investigaciones locales, el Tren de Aragua cobra USD 8 a cada prisionero a la semana.
Solo en la Cárcel de Tocorón, donde está ‘Niño’ Guerrero, hay unos 2.700 reclusos. Es decir, recibe cerca de USD 100.00 al mes y más de USD 1 millón al año.
Según cálculos oficiales, esta organización tiene unos 3.000 miembros armados, todos cobrando la “causa” en las prisiones de la región.
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