Un modelo similar al implementado por Guayaquil, municipio portuario de Ecuador, para frenar el colapso hospitalario y reducir la mortalidad por COVID-19, está por ser aplicado en Nuevo León, estado mexicano cuya capital es Monterrey. El anuncio lo hizo hace una semana el secretario de salud estatal, Manuel de la O, y lo difundieron el diario mexicano Reforma y el medio local El Norte.
El funcionario destacó: “Estas nuevas acciones, en general, irán aplicadas en tener brigadas que puedan acudir, en un inicio, a las colonias donde se ha presentado un mayor número de casos para detectar oportunamente casos que pudieran complicarse y con ello evitar una posible saturación hospitalaria”.
Esta es una de las aplicaciones concretas del plan que en Guayaquil efectúa el Municipio, que cuenta con el apoyo de la denominada mesa técnica, integrada por 50 profesionales de la Salud que laboran en el sector público y privado. Este se inició cuando la ciudad enfrentaba el peor brote de COVID-19 en la región, con picos de hasta 600 muertos por encima del promedio normal, que entre el 20 de marzo y mediados de mayo sumaban casi 9000 fallecidos. Entre marzo y abril, la gente no tenía acceso a atención médica ni pruebas.
El cabildo contrató cerca de 500 médicos, levantó 2 hospitales con dotación de oxígeno por tubería, desplegó 35 clínicas móviles, 8 hospitales del día, una unidad de telemedicina y salieron día a día a los barrios a entregar raciones alimenticias, hacer consultas médicas, tomar pruebas y dar medicinas. El meollo de todo: buscar a pacientes en etapa inicial o intermedia en sus casas. A los graves, llevarlos a los hospitales.
Así, las cifras de muertes se redujeron y van casi dos meses con promedios por debajo de la cifra habitual. Los hospitales siguen con sus unidades de cuidados intensivos copadas casi en un 90 %, pero con siete de cada diez pacientes que llegan de otras provincias.
Esta realidad se la difunde como ejemplo a nivel internacional. Primero fueron diarios peruanos que citaron el éxito en el combate contra el virus, hace más de un mes.
Luego, el medio estadounidense The Wall Street Journal calificó, a fines de junio, como una historia de éxito el combate al virus. Recogió la declaración del médico Carlos Espinal, director del Consorcio Mundial de la Salud en la Universidad Internacional de Florida (Estados Unidos), quien dijo que es “la primera gran ciudad del mundo en desarrollo en ser golpeada por COVID-19 y lograr un cambio”.
Ya son decenas de medios los que se han hecho eco. Y también gobiernos, además del de Nuevo León ya citado. Las autoridades de Panamá también analizan la aplicación de la estrategia guayaquileña. Roberto Eisenmann, articulista del diario La Prensa,escribió la semana pasada: “Solo hay una cosa: como ciudadanos tenemos que imitar el modelo Guayaquil. Allá, con más de 400 muertos diarios y los hospitales a capacidad, muriéndose la gente en las calles y con entierros en fosas comunes, los del sector no gubernamental -los ciudadanos- se reunieron, abrieron una cuenta fideicomiso con auditoría externa de una firma internacional, recogieron fondos, armaron un cuerpo técnico, una comisión de compras, otra de logística y otra más de alimentación al pueblo… y se echaron el gobierno al hombro, logrando en poco tiempo bajar la mortalidad a cifras cercanas a cero”.
Se refería al Comité Especial de Emergencia por Coronavirus en Guayaquil, liderado por el exalcalde Jaime Nebot y María Gloria Alarcón, del empresariado. Ellos han entregado pruebas de detección del virus, medicinas e insumos médicos. Esta tarea también la han hecho fundaciones y organizaciones de todo tipo.
El epidemiólogo Johnny Real indica que el caso de Guayaquil es muy interesante para el estudio del virus, pues luego de afrontar semanas muy críticas supo levantarse con mucha organización de autoridades y empresarios.
Considero que fue vital el barrido casa a casa. “La pandemia se trata en el territorio y controlando la no expansión del virus. Saber cuáles son los contactos, no solo atenderlos, sino la ruta a seguir, la orientación para que ellos se sigan cuidando. Al inicio, en cambio, nadie conocía qué iba a hacer, todos fueron a los hospitales y eso ocasionó el colapso”, lamentó.
Añadió que fue importantísimo el liderazgo de la alcaldesa en días en que nadie sabía qué hacer. Y también resaltó el valor y ayuda de empresarios y el resto de funcionarios que salieron a las calles a controlar la situación.
“Se aplicaron protocolos importantes, ese barrido en los focos infecciosos dio como resultado que en tres o cuatro semanas volviera una relativa calma a Guayaquil”, dijo.
Su colega Francisco Andino coincidió en que el trabajo en los barrios fue, es y será fundamental. También destacó la responsabilidad ciudadana de cuidarse y seguir los lineamientos de bioseguridad para mantener cierto control del virus que aún se mantiene en la urbe.
Alcaldesa dice que la batalla se la gana día por día
Uno de los cuestionamientos que hacen algunos médicos y ciudadanos es por qué se diría modelo exitoso de lucha contra el COVID-19 en una ciudad que a la fecha ya lleva casi 10 000 muertos por encima de lo normal.
La alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, responde: “Justamente por eso. Supimos como ciudad que dependíamos de nuestro esfuerzo. Todo en el mundo sigue siendo prueba y ensayo porque nadie ha podido controlar el virus. Guayaquil tuvo una visión simple y lógica: si la red de salud colapsó y las personas morían por no recibir atención a tiempo, entonces nosotros saldríamos a buscar casa a casa a los pacientes antes de que empeoren”.
“Dividimos la ciudad por sectores, un ejército de médicos contratados por el Municipio de Guayaquil sigue saliendo todos los días a buscar a los pacientes en sus casas en etapa inicial e intermedia, los medicamos, los ponemos en cuarentena, los tenemos monitoreados con líderes comunitarios, médicos, clínica móvil y recibimos alerta georreferencial si el cerco es roto”, detalla.
“No es una guerra ganada, es un método que nos permite llegar primero que la muerte a la casa de los pacientes. Aquí la batalla contra el virus la peleamos todos los días, tenemos data sector por sector y data de los fallecidos”, refiere Cynthia Viteri.
Ella plantea hoy que la ciudad se mantenga en amarillo todo el 2020; igual, que las clases sigan siendo virtuales todo este año para que la ciudad no se relaje. Hoy, en el COE cantonal se definirán nuevas medidas que serán planteadas al COE nacional para su aprobación definitiva. (I)