Durante la pandemia, la Policía de niños ha atendido 722 casos en el país. Las limitaciones por el covid-19 dificultan denunciar.
El hombre permaneció inmóvil, con la mirada hacia el piso. Estuvo rodeado de agentes de la Policía, que hace siete días incursionaron en su vivienda y lo capturaron, porque tenían informes de que explotaba sexualmente a una niña de 14 años.
En la desordenada habitación aparecen fotografías de niñas y una muñeca. En ese lugar, los investigadores levantaron evidencias para procesar al sospechoso.
Este expediente penal, originado en Santo Domingo de los Tsáchilas, es conocido por la Policía de menores (Dinapen) y no es el único dentro de la emergencia.
La crisis generada por el covid-19 hizo que las denuncias se redujeran en el país, pero los canales virtuales habilitados ayudaron a reportarlas, aunque no llegan a los niveles registrados en enero y febrero.
Hasta el momento, la Policía ha desarticulado redes que operaban, por ejemplo, en Zapotillo, un cantón de Loja. Siete hombres que explotaban sexualmente a dos menores fueron capturados en mayo pasado, tras un seguimiento de los agentes.
El anterior mes, en cambio, la Policía de Cuenca detuvo a un sospechoso que también explotaba a una menor.
Las provincias con más casos de delitos sexuales contra niños son Guayas, Los Ríos, Chimborazo, Cotopaxi, Tungurahua y Santo Domingo de los Tsáchilas.
Pichincha no está en ese grupo con hechos más frecuentes, pero Quito sí reporta casos. El domingo 12 de julio del 2020, un indigente que frecuentaba San Roque fue golpeado por los vecinos y luego detenido.
La reacción se produjo luego de que se enteraran de que violó a una niña de 12 años, al entrar a la casa cuando vio la puerta abierta.
Un día antes, un extranjero fue detenido en Pujilí, por atacar a la hija de su pareja. La niña tiene 9 años.
La violación a menores de edad cometida por personas cercanas al entorno familiar de la víctima se sanciona con hasta 22 años de cárcel, según el Código Penal (art. 171).
Juana Fernández, responsable del Equipo Técnico de Violencia de la Fiscalía, señala que los niños, niñas y adolescentes son más vulnerables en estos días debido al confinamiento.
“En el contexto de la pandemia, estos delitos se incrementan, pero no se ponen en conocimiento de las autoridades judiciales, porque para el agresor el encierro le permite perpetrar con facilidad la violencia de género”, advierte la funcionaria.
La idea es que no se repitan casos como el de Loreto, en Orellana. Allí, un hombre, de 46 años, es investigado por la supuesta violación de su sobrina nieta, de 9 años.
Un fiscal y la madre de la menor plantearon una acción penal luego de que la menor contara todo lo ocurrido con el procesado.
El hecho sucedió el 13 de junio. La Dinapen detuvo al supuesto agresor, quien guarda prisión preventiva mientras espera la fecha de la audiencia para el juicio penal.
En otras ciudades ocurrieron hechos similares durante la emergencia. En Portovelo, El Oro, un hombre fue detenido el 1 de junio tras la denuncia de haber violado a sus hijas de 10 y 14 años.
Según las investigaciones, todo comenzó cuando el agresor llegó a casa y pidió a su hija, de 10 años, que le ayudara a buscar algo, la llevó a un cuarto y la habría atacado.
La Fiscalía dice que luego pidió a su otra hija que lo acompañara e hizo lo mismo.
Los agentes determinaron que en ese momento, la menor escapó de la casa y pidió ayuda a los vecinos. El sospechoso fue capturado.
El 2 de junio, en cambio, un miembro de Infantería de Marina fue procesado en Esmeraldas por el ataque a su hijastra, de 17 años.
Una llamada al ECU-911 alertó sobre lo ocurrido. Tras esa emergencia, agentes de la Policía acudieron a las villas militares y corroboraron lo ocurrido. La menor fue asistida por policías y el marino se encuentra recluido.
Por ahora, contra el imputado se presentaron un examen médico-legal y la valoración psicológica de la menor.
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