La policía tailandesa está buscando a un hombre, visto en imágenes de una cámara de seguridad, que se cree puede estar conectado con la explosión mortal en un popular santuario en el centro de Bangkok el lunes.
El portavoz policial Prawut Thavornsiri dijo este martes que el ataque había dejado al menos 22 muertos. Cerca de 120 personas fueron heridas.
La explosión afectó al Santuario de Erawan, un sitio popular entre los budistas, así como miembros de hindúes y sijs de la comunidad india de Tailandia.
El santuario, situado en una concurrida intersección cerca de un gran centro comercial, es una gran atracción para los turistas. Turistas malasios y chinos se encuentran entre los muertos, dijeron las autoridades.
La explosión ocurrió alrededor de las 19:00 horas el lunes, momento muy concurrido en la zona, y provocó una enorme columna de humo y llamas.
“Fue como una gran ráfaga de viento y los escombros volando a través de ti”, recordó Sanjeev Vyas, un DJ de Mumbai, India, que estaba en el lugar. “Y luego veo cuerpos por todas partes, hay coches en llamas, hay bicicletas en todas partes. La gente está gritando”.
Nadie se ha atribuido por el momento la responsabilidad del ataque. Las autoridades tailandesas no han hecho ningún anuncio sobre quién creen que podría estar detrás.
El jefe de la policía Nacional, Somyot Pumpanmuang, dijo en la televisión estatal que las autoridades habían advertido sobre posibles ataques, pero que no sabían dónde ni cuándo podrían ocurrir.
Las autoridades aún estaban identificando a las víctimas del ataque este martes.
Cinco tailandeses, cuatro chinos, dos malasios y un singapurense están entre los muertos, dijo el comandante Witoon Nitiwarangkul, cirujano en el Hospital General de la Policía de Bangkok.
Puzzle sobre quién podría estar detrás de la explosión
Los analistas dicen que no está claro qué grupo querría llevar a cabo un ataque que probablemente perjudique a la industria turística de Tailandia, parte clave de la economía del país.
La capital, sacudida por disturbios políticos el año pasado, ha experimentado anteriormente ataques en pequeña escala con bombas y granadas. Dos dispositivos explotaron en un centro comercial de lujo en la ciudad en febrero, pero no causaron víctimas.
Pero el ataque del lunes fue de una magnitud completamente diferente.
“Es de lejos el ataque más devastador que Bangkok ha visto –o que Tailandia ha visto- que yo pueda recordar”, dijo Joseph Liow, investigador principal en el Centro Brookings de Estudios Políticos de Asia Oriental.
Los observadores dicen que el ataque no encaja con la campaña de violencia montada por los insurgentes islámicos en el extremo sur de Tailandia, cerca de la frontera con Malasia.
“Sus quejas son muy locales, y han tendido a atacar objetivos militares y de seguridad”, dijo a CNN el analista de asuntos globales Bobby Ghosh. “Ellos realmente no han cometido un atentado terrorista de esta naturaleza contra civiles, mucho menos contra turistas. Esto no parece tener sus huellas”.
Los expertos dicen que el ataque podría estar relacionado con la inestabilidad política que ha plagado a Tailandia en los últimos años.
El ejército tomó el poder en un golpe de Estado en mayo de 2014, tras el derrocamiento del gobierno democráticamente electo que había sido acosado por numerosas protestas en Bangkok.
“Hay grupos políticos que se oponen al gobierno militar, pero son demócratas y esto no es su estilo”, dijo Ghosh. (I)