Desde el Vaticano, en la tradicional Misa celebrada el la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco emitió su mensaje de Navidad recordó, al igual que el año pasado, un repaso por las guerras y males que afligen el mundo.
“Hay verdaderamente muchas lágrimas en esta Navidad junto con las lágrimas del Niño Jesús”, exclamó.
Decenas de miles de fieles que coparon la plaza de San Pedro, Francisco fue rogando a Dios por los lugares azotados por las guerras y comenzó por las poblaciones de “Irak y de Siria, que padecen hace varios años los efectos del conflicto que aún perdura y, junto con los pertenecientes a grupos étnicos y religiosos, sufren una persecución brutal”.
“¡Qué la Navidad les traiga esperanza, así como a tantos desplazados, prófugos y refugiados, niños, adultos y ancianos, de aquella región y de todo el mundo”, agregó.
En el mensaje su pontificado, citó a “los niños víctimas de la violencia, objeto de tráfico ilícito y trata de personas, o forzados a convertirse en soldados, y a los niños abusados”.
También pidió la intercesión del “Niño Jesús para los niños asesinados y maltratados antes de ver la luz, privados del amor de sus padres y excluidos por una cultura que no ama la vida”.