El sector turístico, que ha sido uno de los más afectados por la pandemia, se ha apoyado en tres estrategias para levantar su facturación.
Las iniciativas son exclusividad en el uso de las instalaciones y renta de las propiedades para familias, y citas de negocios para todo el fin de semana
de confinamiento. Estas opciones se ofertan través de redes sociales.
El propósito es motivar a que las personas visiten estos complejos, en grupos familiares reducidos, para mitigar en parte el contagio de coronavirus.
La proximidad con la ciudad de Quito y otras localidades permite también que los viajeros puedan organizar una salida corta.
En estos días, que se aplica el confinamiento los fines de semana en 16 provincias del país, por ejemplo, se promueve que la gente acuda con su familia para pasar el “encierro” en propiedades con espacios verdes abiertos, piscinas y restaurante.
Incluso, existen las opciones de cabalgar, realizar caminatas o deportes extremos.
En estas actividades se garantiza el distanciamiento social. Las festividades como el Día de la Madre, Día del Padre, cumpleaños, Navidad u otras ocasiones especiales son aprovechadas también para atraer a los visitantes. Los precios de estos paquetes varían, según el número de personas.
En promedio, el precio base va desde los USD 100 por habitación cada noche hasta 550, si se renta la propiedad completa para 16 personas. Ciertos sitios ofrecen también descuentos u obsequian la tercera noche de hospedaje.
Algunos lugares ofrecían ya estas estrategias antes del confinamiento selectivo y habían logrado que la ocupación subiera del 21 al 28%.
Pero a raíz del nuevo toque de queda, la demanda cayó entre el 10 y 15%, refirió Norman Bock, presidente de la Asociación de Hoteles Quito Metropolitano. Pidió acelerar la vacunación para este sector, que el año anterior tuvo una caída del 20%.
A continuación tres hosterías cuentan cómo buscan reflotar en la crisis con estas nuevas estrategias:
‘Clientes hacen uso exclusivo de instalaciones’: Alfonso Guerrero, administrador de Munay Glamping,
“El complejo recreativo del que forma parte Munay Glamping, en Nayón, tenía como principal atractivo la oferta de deportes extremos, pero luego de que se presentó la pandemia de coronavirus impulsamos el servicio de alojamiento. Volvimos a operar en septiembre del 2020.
Para atender a nuestros usuarios se construyeron siete cabañas adicionales a las cinco que había, ubicadas a una distancia de entre 30 y 100 metros una de la otra, lo que permite que los usuarios cumplan con el distanciamiento social establecido por la crisis sanitaria.
Los visitantes que realizan una reserva en Munay pueden hacer uso exclusivo de las instalaciones, usar la piscina, hacer, actividades al aire, observar los animales de la granja, hacer una fogata, etc.
En promedio, por ahora estamos operando al 60% de lo que teníamos antes de la pandemia. La actividad no es la misma.
Antes de la pandemia realizábamos eventos con grupos empresariales. A la semana atendíamos a unas 100 o 150 personas, ahora, a 40”.
‘Se ofertan paquetes de viernes a lunes’: Juan Tamayo
Encargado de La Casta de Patate
“Hace tres años se dio la oportunidad de rentar nuestra hostería para un evento familiar. Nos sirvió como inspiración para promocionar, en esta época de pandemia, el uso exclusivo de nuestras instalaciones.
Para utilizar la propiedad de manera exclusiva, los interesados deben realizar una reservación. Así, tienen la posibilidad de mitigar el contagio de coronavirus utilizando solo con sus conocidos la piscina durante tres horas. También pueden rentar una cabaña para el fin de semana. Trabajamos con grupos de mínimo cinco personas, en servicios exclusivos.
Por el toque de queda, ahora estamos impulsando que los visitantes lleguen el viernes en la tarde y se vayan el lunes por la mañana.
Actualmente, estamos operando entre el 30 y 40% de lo que teníamos en la prepandemia.
El sector turístico está muy golpeado. En nuestro caso, somos una empresa familiar y hemos asumido, en mayor parte, las pérdidas.
Además, con nuestros trabajadores se cambió la modalidad de trabajo a media jornada. Los días que no hay gente, no viene ningún colaborador”.
‘Trabajamos con grupos familiares y reservación’: Sebastián Cornejo /Dueño Finca-Hotel Cotopaxi Pungo
Este apoyo de nuestro equipo nos ayudó a mantener las plazas y esta actividad.
Actualmente, la Finca-Hotel Cotopaxi Pungo opera de viernes a domingo y los feriados. Entre semana trabajamos siempre con grupos familiares, y bajo reservación. Se cumplen medidas de bioseguridad.
En estos últimos meses hemos tenido visitas de turistas internos. Antes, el 40% era extranjero.
Nuestra ocupación es entre el 25 y 30% en relación con lo que registrábamos antes de la pandemia. Esto nos permite cubrir al menos los costos fijos.
La demanda es muy variada, en ciertos fines de semana tenemos una buena acogida y otros, en cambio, cae. En parte, esta realidad responde a las medidas que se toman para mitigar el contagio de covid-19”.
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