La pandemia de coronavirus trajo consigo una crisis laboral de la que aún no se conoce su magnitud y de la que no todos se podrán recuperar.
Los extranjeros, quienes lo dejan todo por probar suerte lejos de su tierra, son un grupo especialmente afectado. Este especial recoge las historias de tres de ellos, quienes, a raíz de la emergencia, viven en situación adversa.
Como la historia de Luciano Guarrera, músico argentino, quien estaba de paso por Ecuador en 2018, cuando encontró la prosperidad económica. Ahora, obligado por la paralización laboral en el sector turístico, debió volver a su país, pero con la promesa de regresar en cuanto la emergencia pase.
O el caso de Rafael Guzmán, maestro universitario y compositor cubano de 50 años, que llegó hace dos a Guayaquil movido por la necesidad económica. Ahora, pese a que extraña a su familia en la isla, la responsabilidad de darles una mejor vida lo mantiene afincado en tierra extranjera.
En cambio, para Genaro, argentino de 28 años, quien hace cinco años apostó por emprender en la comuna Montañita, regresar no es una opción. El éxito le permitió abrir tres negocios, pero también le dejó deudas, compromisos qué honrar y una familia por la cual velar.
Para todos ellos, trabajar es la única forma de hallar la salida a la crisis. (I)
Luciano Guarrera, músico argentino
“Un pedazo de mi corazón se queda en Ecuador”
Luciano Guarrera, músico argentino de 31 años, tomó con mucho pesar la decisión de regresar a su país, a raíz de la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus. Llegó a Argentina hace ocho días y actualmente se encuentra en la segunda y última semana de cuarentena, en la ciudad de San Luis, antes de poder volver finalmente con su familia.
Recuerda que desde que se asentó en la provincia de Santa Elena
-primero en Salinas y finalmente en Montañita- a finales de 2018, no se había planteado la idea de volver. “Yo trabajaba como artista callejero, haciendo música. La idea era quedarme una temporada para hacer algo de dinero y seguir viajando, había estado en Colombia, pero decidí venir porque el dólar es una moneda más estable y allá la situación es mucho más difícil.
Estando acá me enamoré de la idea de vivir solo, de la playa, del ambiente. El trabajo en la calle me estaba resultando, luego tuve oportunidad de formalizarme tocando en un bar, donde luego también me volví el bartender. Me estaba yendo muy bien”.
Sin embargo, a raíz de las medidas para frenar la pandemia, el turismo se detuvo por completo y la situación cambió drásticamente. Al inicio mantenía la idea de quedarse, pues el Gobierno argentino le estaba ayudando con un cupo de $ 20 semanales para comida y los dueños del bar lo hospedaban. Pero luego la situación empeoró, comenzaron a salir las noticias y se dio cuenta de que el brote iba a tardar en resolverse. En esos días se enteró de un vuelo humanitario gratuito y tomó la decisión de regresar.
“No había cómo trabajar y de todas formas es más fácil conseguir comida, medicina o incluso algún trabajo estando cerca de mi familia. Fue una decisión difícil, no quería irme, un pedacito de mi corazón se queda en Ecuador. Cuando todo esto pase, con seguridad regresaré a retomar mis proyectos justo donde quedaron”. (I)
Rafael Guzmán, docente cubano
“Nunca me había planteado salir de Cuba”
Rafael es un cubano de 50 años, doctor en música, docente universitario, compositor y pianista. Tras 16 años trabajando para la Universidad de las Artes de La Habana, la búsqueda de nuevos aires lo llevó a probar suerte en Ecuador, donde reside desde abril de 2018.
Aunque admite que nunca pensó salir de Cuba, recordó varios factores que le llevaron -o le obligaron- a tomar la decisión. “Mi hijo cumplió 15 años, el dinero no me alcanzaba, atravesaba por mi segundo divorcio y mi padre había fallecido. Consulté con mi familia, que son mi madre y mi hijo, y vine”.
Actualmente Rafael trabaja a tiempo completo en la Universidad de las Artes de Ecuador. Imparte asignaturas como Teoría de la Música, Composición de Bandas Sonoras e Historia de la Música y, aunque se siente feliz y realizado con su trabajo, aseguró que lo único que lo frena de regresar a Cuba es el tema económico.
“En Cuba se gana muy poco, mientras que aquí el tema del salario es indudablemente muy atractivo, especialmente para los cubanos, que vivimos en un gobierno totalitario”.
El pianista es franco, confesó que no le gusta vivir en Guayaquil, pues el movimiento artístico es muy pobre y de mala calidad. “Al artista cubano no le gusta vivir ni trabajar aquí, pero el problema no es con Ecuador, sino con la ciudad de Guayaquil. Me gustaría tener el mismo empleo en alguna ciudad de la Sierra, como Quito, Cuenca o Loja, donde sí hay vida cultural y de mejor nivel”.
Guzmán aseguró que le resulta tranquilizante que su familia se encuentre en Cuba, pues tiene la certeza de que recibirán atención médica adecuada en caso de contagiarse de covid-19 (hasta ayer habían 1.501 casos confirmados en la isla).
“Soy isleño y extraño mucho mi tierra, el mar. El día que me falte el atractivo económico y no exista el espiritual, ese día volveré”. (I)
Genaro Pietrodarchi, empresario hotelero argentino
“Tengo compromisos que debo cumplir”
En 2012, Genaro tuvo su primera experiencia trabajando en Ecuador. En aquel entonces se encontraba viajando por el continente, desarrollando sus habilidades como maestro coctelero al tiempo que conocía nuevos lugares. Así llegó a la comuna Montañita, en la parroquia Manglaralto, provincia de Santa Elena.
En el pueblo vio el potencial para materializar los proyectos que hoy realiza. Rememoró que en 2015 volvió con la mentalidad de trabajar. Luego de dos años laborando como cantinero en bares y restaurantes, se juntó con un amigo y emprendieron el exitoso proyecto que hoy llevan adelante.
“Inauguramos Al Carajo Resto-Bar, en el malecón de Montañita, crecimos rápidamente y nos cambiamos al pie de la playa. Hace un año y medio ampliamos la franquicia con un hostal, Al Carajo House, y hace dos meses-una semana antes del inicio de la emergencia- una cervecería artesanal.
“Esperábamos cosechar en esta temporada los frutos del arduo trabajo de los últimos dos años, pero lamentablemente el coronavirus nos perjudicó. Ahora estamos sumamente preocupados porque el turismo fue el primero en caer y será el último en levantarse”.
Genaro confirmó que la gran mayoría de extranjeros que trabajaban en la comuna ya han retornado a sus países o están a la espera de hacerlo. De los diez argentinos que trabajaban en su bar, ocho ya regresaron, y otro empleado colombiano también está a la espera de ser repatriado.
Genaro considera imposible regresar a Argentina, pese a que es consciente de que allá la situación está más controlada y el sistema de salud ha respondido mejor. “Tengo proveedores, clientes, préstamos y otros compromisos que cumplir. Además, aquí está mi esposa y mi hijo (de 2 años y medio). Nos tocará trabajar más duro para recuperarnos, porque regresar no es una opción”. (I)
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