Tiene ruedas, un motor y alcanza hasta los 30 kilómetros por hora, sin embargo, no se necesitan licencia ni matrícula para manejarlo.
Los escúteres y las bicicletas eléctricas han aumentado su presencia en las calles de Quito los últimos meses.

Una de las principales razones es que no se rigen al Hoy no circula. Es decir, pueden rodar libremente sin restricción.
En los locales donde venden este tipo de vehículos aseguran que el número de clientes ha aumentado.
En Electrobike, una de las tiendas más grandes que ofrece estos aparatos, la demanda se incrementó un 15%, según Andrés Mesías, director de la empresa. Para Mesías, una de las ventajas es que los escúteres y bicicletas eléctricas funcionan sin necesidad de combustibles fósiles y brindan autonomía para circular por la ciudad.
Los más interesados en estas alternativas son estudiantes universitarios y ejecutivos jóvenes.
El precio de estos vehículos varía dependiendo de sus características; sin embargo, se los puede encontrar desde los USD 500.
El modelo que tiene más demanda es el escúter de tres ruedas, por su estabilidad, potencia y costo asequible. Este se comercializa en USD 580. Para Álvaro Mayorga, propietario de Citycoco, otra empresa que vende escúteres, la medida de restricción vehicular en la ciudad ha influido de manera positiva en sus ventas. En promedio, los precios en esta empresa oscilan entre USD 1 250 y 4 000.
Debido a la aceptación de este producto, cada tres meses aproximadamente llega una nueva importación desde China.
La Cámara de Comercio de Quito indicó que entre enero y agosto se realizó una importación bicicletas y escúteres eléctricos por USD 360 000, 21% más de lo importado en el mismo período del 2018.
Utilizar un escúter para movilizarse tiene beneficios, pero también riesgos. Andrés López, de 23 años, es un amante de la bicicleta.
Sin embargo, cuando consiguió trabajo en una oficina de arquitectura, empezó a notar que movilizarse en bici resultaba agotador y el sudor se volvió un problema. Una bicicleta eléctrica cuesta en promedio USD 1 300, por lo que hace tres meses optó por comprarse un escúter de tres ruedas, en USD 600.
Es eléctrico, alcanza los 30km/h y sube cuestas sin problema. Para cargarlo, debe conectarlo a un tomacorriente como si fuese un celular. Con cuatro horas de carga puede recorrer entre 15 y 25 km.
Si se queda sin batería, rueda con el impulso de su pie. Para Andrés, es una excelente alternativa, aunque admite varios problemas. El más grave es la seguridad: los automóviles no lo respetan.
Con él coincide Víctor Almachi, que también se moviliza en ese medio. Cuenta que los cruces son inseguros, le lanzan el carro y no hay suficientes ciclovías, por lo que en algunos tramos debe circular por la calle.
Diego Hurtado, experto en movilidad, advierte que ese tipo de vehículos debe usar únicamente las ciclovías, pero en el caso de Quito no hay suficientes y no están interconectadas.
En la ciudad hay 46 km de vías exclusivas para bicicletas, pero la mayoría se concentra en el sector de La Mariscal, entre la Colón y la Patria.
En el sur están la 5 de Junio y la Teniente Ortiz, y en el norte, la extensión de la Simón Bolívar. Ante la falta de vías y el riesgo de ir por la calzada hay quienes usan las veredas, pero esto pone en riesgo al peatón.
El problema -dice Hurtado- es que tanto escúteres como bicicletas son vistos como artefactos recreacionales, pero al ser un medio de transporte debe ser regulado, lo cual no ocurre.
Ni la normativa nacional ni la local los contemplan. Guillermo Abad, secretario de Movilidad, señala que esos vehículos pese a no ser a combustión son eléctricos y deben estar dentro de una norma jurídica y reglamentaria, y deben ser legislados por la Ley de Tránsito.
Para iniciar el control, la Secretaría de Movilidad está trabajando en un concurso para tener una consultoría y establecer el reglamento respectivo basado en parámetros internacionales, y así incluirlo en una normativa local.
“No son un juguete, son un vehículo automotor, por lo que tenemos que trabajar en una reglamentación y buscarle la ficha técnica de estos vehículos para ver cómo están considerados”, señaló Abad.
Sobre todo porque pueden generar alta siniestralidad, como ya ha sucedido en París, Barcelona, Madrid y Bogotá.
En esta última ciudad, por ejemplo, hay una normativa que indica que ese tipo de vehículos no debe superar los 20 km/h, debe ir por las ciclovías, el conductor debe usar casco y prendas reflectivas en la noche, no pueden ir por andenes ni avenidas.
El conductor no debe manipular dispositivos móviles mientras maneja ni debe haber bebido ni llevar un acompañante. Sin esa regulación, advierte Hurtado, su circulación será desordenada y riesgosa.
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