A cuatro días de cumplirse un año del inicio de una serie de protestas en Venezuela que dejaron un trágico saldo de 43 muertos y más de 2.500 detenidos (51 de ellos continúan presos) por la inflación, inseguridad y corrupción que golpea al país caribeño, los pedidos de cambio contra el régimen de Nicolás Maduro continúan.
A esto se suma la crisis por la caída internacional del precio del petróleo, cuyos ingresos representan el 96% de las divisas y que pasó de $ 120 el barril del crudo venezolano a $ 40 (esta semana).
En un intento por frenar la crisis, Maduro viene realizando desde enero una gira por países de la OPEP y Asia, mientras que los venezolanos hacían largas filas afuera de los supermercados.
El día de ayer, el primer mandatario venezolano ordenó pasar a control estatal la red de supermercados Día Día, ocupada por el gobierno por incurrir en supuestos delitos de acaparamiento.
Al grave panorama económico en Venezuela se suman las nuevas sanciones de EE.UU. a varios funcionarios venezolanos calificados de “responsables o cómplices” de violaciones contra los derechos humanos. Maduro ha denunciado que el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, estaría respaldando un plan golpista, mientras que EE.UU. califica como falsas las acusaciones.
Para el día de mañana la Unasur prevé reunirse en Uruguay para analizar las relaciones entre Venezuela y EE.UU. (I)