Bajo estrictos protocolos, las cafeterías y restaurantes retoman su actividad comercial con el cambio de color del semáforo. El sector de alimentos y bebidas fue uno de los primeros que recibió un reglamento sanitario de bioseguridad del COE Nacional.

Según Ricardo Zambraño, viceministro de Turismo, se ejecutó un plan piloto en Samborondón antes de que el semáforo rojo pasara a amarillo, para medir la efectividad de los protocolos establecidos y así darle una garantía al consumidor.
“Alimentos y bebidas fue el primer protocolo emitido y aprobado por el COE nacional (8 de mayo). Luego se aprobaron los protocolos para alojamiento, transporte turístico y agencias de viaje. El último que está en fase de estudio y por aprobarse es el de la industria de convenciones, congresos y eventos”, explica Zambrano.
El protocolo de bioseguridad consta de 22 páginas. Se puede acceder a este documento a través de la web del Ministerio de Turismo, en el enlace ‘Ventanilla Única’.
En el reglamento sanitario, existen recomendaciones sobre cómo proceder frente a un caso de sospecha de contagio, reglas para meseros, cajeros, guardias de seguridad, limpieza y desinfección de las instalaciones. También existen normas higiénicas reforzadas para el manejo de utensilios de cocina, vajilla, mantelería, contacto con proveedores y tratamiento de los desechos.
El funcionario explica que hasta el momento se ha logrado capacitar a 4 150 personas en cursos en línea, que aún se ofrecen en una ventanilla virtual de capacitación a través del portal del MinTur.
“Fueron 19 cursos en línea, cada uno de 40 horas. Tenemos la meta de las 10 000 capacitaciones mediante un convenio con la Fundación Telefónica, para utilizar su plataforma en línea”, agrega.
Para Patricio Velásquez, gerente técnico de Quito Turismo, los restaurantes y cafeterías representan el 51% de todos los establecimientos de servicio turístico en el catastro quiteño. Por eso era fundamental su reactivación.
“En el protocolo se establecieron recomendaciones para los trabajadores desde que salen de sus casas hacia su lugar de trabajo”, explica Velásquez.
Entre las sugerencias que plantean se debe evitar el uso de joyas, cuidar la distancia con otras personas, mantener la higiene personal en detalles como uñas recortadas, ropa limpia y cabello recogido, además de cuidados en el desplazamiento diario.
Velásquez añade que con el cambio del color del semáforo a amarillo en Quito, han notado que la gente aprovecha el día que se pueden movilizar para buscar comida típica en los restaurantes de la urbe.
“El interés por las zonas rurales está ganando fuerza tras un confinamiento largo. Esta es una oportunidad para las 33 parroquias rurales del Distrito Metropolitano. Ellos saben que deben ser estrictos en el cumplimiento de los protocolos, porque en caso de haber rebrote, los perjudicados serán ellos mismos”, reseña.
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), el turismo gastronómico es uno de los sectores que más aporta a la industria turística en el mundo. En efecto, más de un tercio del gasto de un turista está dedicado a la comida, convirtiendo a la gastronomía local en uno de los principales motivos para viajar.
Para Ricardo Zambrano, el turismo de naturaleza tendrá un repunte. “Es momento para que los chefs se arriesguen y muestren la gastronomía nacional en estos lugares, para apostar por la experiencia de comer en paisajes naturales”.
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