En Ecuador, un movimiento está tomando impulso y cambiando la forma en que se percibe el cacao. La escuela de negocios “PapáCacao” surgió hace 30 años como una nueva corriente que ha destacado la importancia de la conexión entre productor y consumidor, y pone énfasis en la calidad, sostenibilidad y trazabilidad de este preciado cultivo.
“PapáCacao” ha abrazado los valores que acompañan a este oficio ancestral con prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente. En el centro de esta industria se encuentra el respeto por la tierra y la preservación de las tradiciones y el conocimiento transmitido de generación en generación. El cacao de la más alta calidad, el mejor del mundo, es ecuatoriano, el “cacao arriba” es una de las primeras denominaciones de origen, que pone un sello de calidad al producto. Esta escuela de negocios promueve la colaboración y el apoyo mutuo entre los productores. Se fomenta el intercambio de conocimientos y experiencias, así como la creación de redes de comercialización conjuntas. Esto fortalece la comunidad, impulsa la economía local y garantiza una distribución más equitativa de los beneficios. PapáCacao ha captado la atención tanto a nivel nacional como internacional. Sus productos se han ganado una reputación de calidad excepcional y han conquistado los paladares de los amantes del chocolate en todo el mundo. El enfoque en la calidad y la excelencia ha llevado a numerosos reconocimientos y premios internacionales.
La “Pepa de oro”, como se conoce al fruto de la mazorca, ocupa el sexto lugar dentro de los diez primeros productos de exportación del Ecuador. El resurgimiento de la industria del cacao promete un renacimiento económico y cultural en las regiones cacaoteras de nuestro país. Las comunidades locales se beneficiarán de un mayor desarrollo, mejores condiciones de vida y una mayor valoración de su patrimonio. El modelo de negocio PapáCacao inspira a futuras generaciones a continuar el legado y mantener viva la tradición del cacao. PapáCacao se ha convertido en un ejemplo de cómo el amor por la tierra, la perseverancia y la pasión pueden transformar una industria y empoderar a las comunidades. PapáCacao deja una huella imborrable, recordándonos que el cacao no es solo un alimento de los dioses, sino también un símbolo de identidad, orgullo y progreso.