La Calle 6 de Marzo en el centro de Guayaquil, desde hace décadas, se ha convertido en un ícono de la urbe porteña, pues cada año, entre octubre a diciembre, se exhiben una serie de monigotes, que son quemados a la media noche del 31 de diciembre para despedir el año y augurar buenas vibras en el periodo que viene.
Aquí los creadores de estos coloridos muñecos, los elaboran a base de cartón, periódicos, madera, almidón y pintura, para luego exhibirlos en las veredas del sector y poder venderlos al mejor postor.
El precio de los muñecos, va desde $ 5 hasta $ 200. Se pueden encontrar personajes de series animadas, películas de acción, terror, políticos y personajes de televisión local.
Por esta razón no es raro observar, como turistas nacionales y extranjeros, se trasladan hasta esta céntrica calle para fotografiarse con los “años viejos” que sin importar su tamaño o personaje, llaman la atención de propios y extraños.
De esta manera, el centro de Guayaquil se convierte en un hervidero comercial, donde los vendedores informales buscan en los alrededores de la Calle 6 de Marzo (desde Capitán Nájera hasta Venezuela), un espacio para ofrecer sus productos, en medio de los tradicionales monigotes artesanales que atraen a los visitantes locales y foráneos.
A esto se suman los vendedores ambulantes y los puestos de juguetes, ropa, bisutería y comida, productos que son vendidos en improvisadas mesas y carpas a precios módicos en estas fiestas.
Otro punto donde también se pueden observar los monigotes gigantes es en el suburbio de la ciudad (entre las calles La 20 hasta La 29 y de Venezuela hasta Capitán Nájera). Allí los moradores del sector se reúnen para armar el personaje que caracterizará su sector.
Un ejemplo de ello, es el monigote gigante del Chavo del Ocho, en versión animada, ubicado en La 28 y Argentina. Los habitantes de esta vecindad rinden un merecido homenaje al desaparecido comediante mexicano Chespirito quien falleció el 28 de noviembre de este año.
